Richard Rorty es un filósofo y pragmatista norteamericano del siglo XX. En la línea de Wittgenstein, Heidegger y Dewey, Rorty pensaba que el conocimiento sólo adquiere sentido en cuanto gobierna la acción humana, y no como una especie de espejo de la naturaleza, como se pensaba comúnmente en la filosofía de los siglos XVIII y XIX. Numerosos filósofos de la época, como Kant, Russell y Hegel, intentaron crear sistemas globales capaces de explicar cómo comprendemos la naturaleza. Rorty pensaba que la filosofía había superado esa clase de grandilocuentes proyectos metafísicos, de un modo similar a cómo los filósofos modernistas habían superado los problemas de los escolásticos medievales.
Deleuze fue un filósofo francés del siglo XX. Se autodenominaba «metafísico puro», a pesar de ser un filósofo de la era que Rorty calificaba como posmetafísica. Pensaba, de forma similar a Spinoza, que el todo está compuesto de partes que forman parte de una sola sustancia. A eso lo llamó Plano de inmanencia, en el que no es posible establecer distinciones.
Al-Kindi fue en muchos sentidos el padre de la filosofía islámica, puesto que introdujo la filosofía aristotélica en el mundo islámico. La mayoría de filósofos musulmanes asimilaron la herencia aristotélica y trataron de complementarla hasta Avicena. Avicena fue tan influyente que, tras él, la mayoría lo estudió a él directamente, en lugar de a Aristóteles (aunque su filosofía sigue estando basada en la de Aristóteles, en numerosos aspectos). Pese a su amplia influencia, la mayor parte de escritos de la obra filosófica de Al-Kindi se han perdido, y se vio eclipsado en importancia por otros como Al-Farabi, Avicena y Al-Ghazali.
He explicado las ideas de Sartre sobre la libertad muchas veces, pero esta vez ha llegado a sus últimas consecuencias, afirmando que hasta un hombre encarcelado, hasta un hombre atado de pies y manos seguiría siendo libre de interpretar su situación. Para Sartre, esta situación no era tan hipotética y trascendía el campo teórico, pues, tras pasar un tiempo en un campamento nazi durante la Segunda Guerra Mundial, dijo que nunca había sido tan libre como durante aquel tiempo, y que tuvo una gran influencia en muchas de sus ideas sobre la libertad que pueden encontrarse en sus escritos posteriores.
David Benatar es un antinatalista moderno. Piensa, en efecto, que deberían abortarse todos los bebés, pues es mejor no haber existido nunca. No piensa, por supuesto, que debamos matar a humanos vivos (pues éstos deberían ser capaces de decidir por sí mismos). Al parecer, David Benatar no permite que le saquen fotografías, ni que le graben, por lo que he tenido que convertirlo en cyborg (al no tener nada en que basarme). Me ha venido bien, claro, porque así puede ser aún más malvado.
