Boecio fue un filósofo romano del siglo VI. Se le conoce por La consolación de la filosofía, que escribió en la cárcel mientras se enfrentaba a su ejecución. Fue visitado por la «señora Filosofía», que le recordó que partiendo de la filosofía de Platón y Zenón no había nada que temer respecto a la muerte. La verdadera felicidad reside en contemplar las formas perfectas y eternas, y en aceptar las cosas que están fuera de nuestro control. La obra fue extremadamente influyente en el primer cristianismo, que se acabó impregnando de rasgos de la filosofía platónica y de la ética estoica.

David Lewis fue un filósofo americano del siglo XX, conocido por postular que todos los mundos posibles existen (a lo que se llama «realismo modal»). Como dice el cómic, esto se debía a su problema con las aseveraciones contrafactuales, que él creía que eran lo único que podía salvar su teoría de la verdad. Éste es posiblemente uno de los mejores ejemplos en la actualidad de un filósofo que le echa un par de huevos y llega hasta las últimas consecuencias de su teoría para sortear su problemática, pese a que David Lewis ciertamente no fue el primero en aceptar una teoría que sonaba muy loca porque no le quedaba otra. Efectivamente, ésta es una de las más antiguas y venerables tradiciones de la filosofía.