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Monopoly anarquista

Ah, también, otra parte del juego es cuando dejamos de lado nuestras diferencias por un momento para matar a los fascistas que nos invaden desde el Risk.

¿No lo has pillado?

Bakunin, Kropotkin y Goldman fueron revolucionarios y anarquistas de los siglos XIX y XX. Los anarquistas desean desmantelar todas las estructuras ilegítimas de poder en la sociedad, tales como la clase, los roles de género y el Estado. La filosofía del anarquismo tiene mucho en común con el marxismo, que también conduce hacia una sociedad libre de Estado y de clases; sin embargo, los anarquistas conceden mayor prioridad a eliminar el poder del Estado. En particular, los marxistas-leninistas creen que es necesario un Estado transitorio (particularmente en relación a la Rusia de aquel tiempo), mientras que los anarquistas son partidarios de suprimir toda autoridad de manera inmediata. Como muestra el cómic, había muchos puntos de conflicto entre las diferentes ramas del anarquismo.

Bakunin era anarco-colectivista, lo que quiere decir que según él todos los recursos de la sociedad debían explotarse en común y distribuirse de forma democrática e igualitaria entre la población. Así todos podrían trabajar, y por su trabajo recibirían «vales de trabajo», canjeables por los bienes que desearan. Kropotkin y Emma Goldman eran anarco-comunistas, y partidarios de erradicar el dinero por completo, además de enfatizar el hecho de que el tejido social debía fundamentarse en la ayuda mutua y la cooperación. Mientras que la mayoría de anarquistas son feministas radicales, Emma Goldman estaba mucho más centrada en las cuestiones de género que los otros dos, por razones que quizá puedas imaginar. Esto, de todos modos, tampoco debería exagerarse demasiado, pues Goldman también criticó durante toda su vida los males del capitalismo y el comunismo autoritario, así como la opresión patriarcal. Noam Chomsky ha ofrecido recientemente una interesante interpretación de lo que es el anarquismo, y de cómo se ha ido desarrollando.

Robert Nozick fue una especie de (casi) anarquista americano de derechas (opción conocida a veces hoy en día como libertarismo). Creía en la supresión de casi toda forma de poder estatal, y defendía sólo la existencia de un Estado mínimo que proporcionara una salvaguarda contra la violencia y se ocupara de hacer cumplir los contratos, siempre respetando los derechos individuales de sus ciudadanos. Al contrario que los anarquistas, no creía que la propiedad privada de los medios de producción hubiera de abolirse (es decir, tener gente que posee fábricas es perfectamente legítimo). La razón que aportaba es que la propiedad nace a partir de elecciones libres de los individuos. Así pues, por ejemplo, empleados y empleadores acuerdan mutuamente el contrato de trabajo, por lo que es ilegítimo que el Estado interfiera en dichas elecciones libres. La conclusión lógica a esto que extrajo Nozick es que incluso las leyes de salario mínimo son ilegítimas, porque impiden a los individuos alcanzar acuerdos voluntarios. Los anarquistas de la vieja escuela vieron esta clase de relación como otra forma de opresión, porque a los trabajadores en realidad no les queda elección, pues deben trabajar para vivir. La verdadera libertad, para ellos, sólo emerge cuando los medios de producción están en manos de la sociedad en su conjunto.

Filósofos en este cómic:
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Esta tira es una adaptación al castellano de la original, de la serie Existential Comics, cuyo autor es Corey Mohler.