Epicteto fue un filósofo estoico romano de la Antigüedad. Como los estoicos previamente, y como la mayoría de pensadores griegos, el pensamiento de Epicteto estaba enfocado a cómo vivir una «vida buena». Esto implicaba ser virtuoso y estar libre de dolor. Para Epicteto, la manera de lograr esto es llegar a darse cuenta de que todo lo que escapa al control de uno mismo debe aceptarse, y no te hará daño a menos que dejes que te lo haga. Epicteto llevaba esto al extremo, diciendo incluso que la pérdida de tus seres queridos no puede y no debería hacerte sufrir, pues sus muertes son parte de su entera existencia (es decir, estaban predestinados a morir, por lo que cuando finalmente sucede debería tomarse simplemente como una parte de la realidad). Epicteto llegó a escribir más guías prácticas sobre cómo podría llegar uno a este punto, como por ejemplo imaginándose todos los días que ocurre, para que, cuando llegue el día de la verdad, estar preparados para afrontarla. De todos los filósofos griegos, los estoicos eran probablemente los más cercanos al budismo (pese a que no hay pruebas de que llegaran a conocerse entre ellos), en cuanto enfatizan en la aceptación de la realidad para suprimir el sufrimiento.
Aunque Nietzsche admiró en cierta manera tanto a los estoicos como al budismo, también fue crítico con ambos, alegando que eran filosofías nihilistas que rechazaban la vida (aunque su conocimiento del budismo en particular es probable que no fuera muy bueno, debido al material que tenía disponible). Y no sólo eso, también afirmó que eran inherentemente contradictorios. Decía que en realidad no «aceptan las cosas tal y como son», sino que reman con ahínco hacia el bien estoico o budista, que está hecho a su medida.
Schopenhauer fue uno de los filósofos occidentales más influenciados por el budismo (aunque, como ocurre con Nietzsche, probablemente no tuvo a mano muchos documentos sobre ello). Aceptó en buena medida sus ideas sobre cómo el sufrimiento viene referido al deseo. Sin embargo, a diferencia de budistas y estoicos, él era mucho más pesimista sobre que se pudiera poner solución a este asunto. Tenía la sensación de que, al final, los seres humanos son criaturas que se componen exclusivamente de una voluntad que se mueve hacia algo, y que causaría siempre sufrimiento cuando no estuviese colmada, o aburrimiento cuando lo estuviese. Schopenhauer pensaba que los humanos, pues, tienen que sufrir, y fue uno de los primeros en comprometerse con una postura antinatalista, reivindicando que para los humanos es mejor no haber existido nunca.
«Sorry!» es un juego de mesa en el que técnicamente el objetivo es conducir todas tus piezas hacia el área de «HOME», pero el grueso de la diversión consiste en infligir sufrimiento a tus oponentes haciéndoles volver a la casilla de inicio justo en el último momento.
