«La muerte de Dios» es una idea que principalmente emana de Friedrich Nietzsche, en particular de su conocida cita de La gaya ciencia, que se reproduce profusamente en el cómic. Nietzsche no se refería a que Dios hubiera muerto literalmente, ni siquiera a que ya no creyese en Dios, sino a que la cultura como conjunto ya no creía en Dios como prescriptor firme y absoluto de nuestros principios morales. En otras palabras, se convirtió por primera vez en cuestionable si deberíamos o no basar nuestra moralidad en los mandatos de Dios.
Michael Dummett fue un filósofo analítico del siglo XX, conocido por acuñar el término antirrealismo. Dummett es un pensador complejo que no controlo, pero, por lo que entiendo, pensaba que no se sostiene que las aseveraciones semánticas que realizamos sobre el mundo puedan referirse a «cosas en sí», a menos que existiera algún tipo de ser que, independientemente, comprendiera dichas cosas «tal y como son» (a partir de la cosa en sí de Kant). Dummett decía que esto muestra que Dios existe, y que sin Dios no podríamos postular tales cosas.
Berkeley fue un idealista del siglo XVII, defensor de que sólo existen las ideas que percibimos en nuestras mentes. Decía que la única manera de que existan los objetos cuando nadie los ve es que Dios los esté siempre percibiendo en su mente.
La parte de Dostoievski está basada tanto en Los hermanos Karamázov como en Crimen y castigo. En Los hermanos Karamázov la mayoría de personajes estaban aterrorizados debido a que el ateísmo pudiese estar arraigando en el mundo, y a que, si Dios no existía, entonces «todo vale» (queriendo expresar que la moralidad carece de fundamento, y podemos hacer lo que nos dé la gana). La escena en sí está basada en Crimen y castigo, donde Raskólnikov asesina a una anciana con un hacha. En el libro emplea la parte roma del hacha, así que seguramente los fanáticos de Dostoievski me meterán bulla por ello.
Para Simone de Beauvoir, Dios nos ha «abandonado», en referencia a que, exista Dios o no, no nos ha ofrecido una dirección a seguir. Tenemos que decidir nosotros por nuestra cuenta cómo vivir, pues somos totalmente libres y, al parecer, estamos solos.
Los chistes del teletipo remiten a cosas tales como: Las cinco pruebas de la existencia de Dios de Santo Tomás de Aquino, el Tractatus de Wittgenstein, la monadología de Leibniz, La indeterminación de la traducción de Quine, la insistencia (y el fracaso) de Bertrand Rusell en fundamentar todas las cosas en base a la lógica, la Crítica de la razón pura, el odio de Adorno por el jazz, la crítica de Parfit de la identidad personal, y el utilitarismo de Peter Singer.
