Zenón de Citio fue el fundador de la escuela estoica de filosofía. Creía que la felicidad y la buena vida consisten en alinearse con la Razón Universal y ser virtuoso. Incluso las emociones negativas están bajo el control de uno mismo, y por tanto las emociones negativas son inmorales y contrarias a la virtud. Si algo malo te sucede, los estoicos creen que no es el suceso lo que te causa infelicidad, sino tu reacción ante él. Así, un hombre en perfecta virtud estoica no sentirá en absoluto infelicidad alguna. Aceptará cualquier adversidad, pues la razón dicta que no tiene sentido preocuparse por lo que escapa a su control.
Zenón de Elea fue un filósofo conocido por sus paradojas de Zenón, en particular la paradoja de la flecha, la cual dice que puesto que una flecha tendría que viajar primero la mitad de su recorrido antes de llegar, y después la otra mitad, y la otra, y así sucesivamente, la flecha jamás llegaría. La paradoja de Aquiles y la tortuga es una variación de la misma, según la cual Aquiles jamás podría atrapar a una tortuga en una carrera, ya que, mientras tratara de llegar hasta donde está la tortuga, la tortuga se habría desplazado un poco, por lo que tendría que moverse hacia ese nuevo lugar. Pero, por descontado, mientras alcanzara ese lugar, la tortuga ya se habría movido de nuevo un poco, etcétera.