El relativismo, como ocurre con otras muchas corrientes de la filosofía occidental, se originó en la Antigua Grecia. Protágoras fue su principal exponente, y si bien no está claro cuáles eran sus ideas (no sorprende viniendo de alguien que se enorgullecía de ser capaz de tomar ambas partes de un debate), Platón lo acusó de relativista en cuanto a la moral y al conocimiento en general. Protágoras rechazaba el relativismo en relación a la verdad, pues sostenía que esa doctrina misma era una afirmación absoluta de verdad (idea que se haría muy popular con el tiempo, a pesar de no ser una crítica demasiado rotunda). Platón rechazaba asimismo el relativismo moral, y sostenía que la moralidad era un tipo de excelencia del carácter que tiende hacia una única forma perfecta. Si alguien intentó refutar el relativismo moral en la Antigua Grecia a base de hostias es algo que no podemos saber.