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Poli bueno, Poli pragmatista sobre la naturaleza de la verdad

Al final, el jurado decidió que la verdad estaba más relacionada con la coherencia entre las ideas mismas, y también que Sócrates era un capullo, y más valdría cargárselo.

¿No lo has pillado?

¿Pero no sería acaso, cualquier explicación, fugaz e insignificante?

El pragmatismo americano, cuya invención se atribuye en gran medida a Charles Sanders Peirce, sostiene que el conocimiento sólo puede entenderse en cuanto está ligado a la acción. A diferencia de las concepciones tradicionales de verdad, que sostienen que el conocimiento es una correspondencia entre una idea mental y una realidad en el mundo, los pragmatistas como Peirce insisten en que si no puedes hacer algo con el conocimiento, entonces no cuenta como conocimiento. A lo que Peirce se refería con «hacer algo con él» es, sobre todo, a experimentos científicos. Por ejemplo, tenemos conocimiento del bosón de Higgs en tanto que somos capaces de producir activamente un efecto en el Gran Colisionador de Hadrones. En un plano más mundano, tenemos conocimiento del ajedrez en la medida en que somos capaces de jugarlo. En cualquier caso, el conocimiento debe estar ligado a alguna especie de efecto producido por el uso. En este sentido, remaba en cierto modo en la misma dirección que los positivistas, que creían que cualquier fragmento de conocimiento que no sea empíricamente verificable carece de sentido. Peirce coincidiría en que la especulación metafísica que no cuente con un efecto en el mundo demostrable es inútil, pero no estaba de acuerdo en que «verificar» una idea nos proporcione información directa acerca del mundo, sino, únicamente y en su opinión, de la acción en sí misma. Así pues, cuando realizamos un experimento, no verificamos lo que es el mundo en sí mismo, sólo verificamos que lo podemos llevar a cabo con éxito en el mundo. Mientras que algunos de los pragmatistas tardíos tendieron a ser más relativistas (es decir, lo que es útil para mí es para mí conocimiento, lo que es útil para ti es para ti conocimiento, y pueden no ser lo mismo), Peirce pensaba que todavía subsiste un cierto tipo de objetividad, y que todos los indagadores inteligentes aún acabarían llegando a las mismas conclusiones, igual que una comunidad ideal de jugadores de ajedrez al final acabaría coincidiendo en cuál es la mejor estrategia. Sus ideas, aunque revolucionarias, no tuvieron éxito mientras vivía, y por lo tanto no le proporcionaron una buena carrera académica, por las razones que fueran. No llegó a ser verdaderamente popular hasta que William James destacó la importancia de sus ideas.

Tanto él como Bertrand Russell (que en líneas generales sostiene la idea de la teoría de la correspondencia clásica de la verdad) están interrogando a Sócrates, presumiblemente antes de su famoso juicio sobre si había corrompido o no a la juventud ateniense. Sócrates, con gran bravura, se resiste fiel a su discurso de que sólo sabe que no sabe nada. Pero en realidad, y quizá esto sea sólo cosa mía, estoy bastante seguro de que de hecho sí pensaba que sabía unas cuantas cosas.

Filósofos en este cómic:

Esta tira es una adaptación al castellano de la original, de la serie Existential Comics, cuyo autor es Corey Mohler.