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ENTREVISTA

ENTREVISTA

Corey Mohler:

«El conflicto entre trabajadores y capital es más profundo que nunca, y la brecha de riqueza se hará mucho, mucho mayor en la era digital».

SEPTIEMBRE 2018 \ ADRIANO FORTAREZZA

Corey Mohler:

«El conflicto entre trabajadores y capital es más profundo que nunca, y la brecha de riqueza se hará mucho, mucho mayor en la era digital».

SEPTIEMBRE 2018 \ ADRIANO FORTAREZZA

Más de un millón de visitas mensuales, 400 000 seguidores en Facebook y 200 000 en Twitter. No son los números del último hit del verano, sino de un webcómic de filosofía. Cómics Existenciales, creado por el norteamericano Corey Mohler (Portland, 1985) en 2013, ha conseguido aproximar a autores densos y pantanosos a un público que, de otro modo, quizá jamás se habría interesado por ellos. Como él mismo, ingeniero informático de profesión, asiduos a todos los campos del pensamiento se acercan, lejos del flexo academicista y bajo una promesa lúdica —la mayoría de historietas propenden a la media sonrisa, cuando no a la carcajada—, hacia las reflexiones de Heidegger, Wittgenstein, Beauvoir o Hegel, además de autores como Dostoievski, cuya obra abundó en el género novelístico, pero a quien cita como principal precursor del existencialismo con sus Memorias del subsuelo.

Lo que tuvo su germen en Reddit, una renombrada plataforma online de microcontenido en la que los usuarios empezaron a comentar y compartir las tiras que él mismo difundía, es ya una publicación semanal con un lustro de recorrido, reconocida por su labor divulgativa al transformar textos hoscos en píldoras digestivas para el business man, sin dejar de alentarlo a pisar el freno y detenerse por su cuenta en las obras que le hayan interesado.

Charlamos con él un año después de la publicación del primer volumen recopilatorio en castellano.

¿Cómo empezaste a interesarte por la filosofía?

Mi interés comenzó al leer las novelas existencialistas. En particular a Camus, a Sartre y a Hesse. Después leí un libro de texto para una clase de iniciación a la filosofía (aunque nunca llegué a cursarla) llamada Does the center hold? (¿Se sostiene el centro?). Se valía de dibujos animados para explicar los conceptos, así que, quién sabe, quizá eso se me quedara grabado. Me encantaba buena parte de todo aquello, que concernía a ideas en las que yo ya había pensado, pero enmarcándolas a la perfección en la historia de la filosofía.

Trabajas en el campo de la programación informática, ¿qué rol piensas que tiene la filosofía en el lenguaje de internet y en la programación? ¿Crees que en Silicon Valley son más de Kant o de Mr. Wonderful?

La filosofía juega un papel crucial ahora mismo en la tecnología y en la ingeniería informática, pero por desgracia se ve ignorada de mala manera. La tecnología rige nuestras vidas cada vez más, y no se piensa demasiado en cómo puede o debería incidir en ellas. Hemos visto a personas no relacionadas con la filosofía hablando de privacidad e inteligencia artificial en términos muy poco acertados y, más allá de eso, la conversación está dominada por inversores capitalistas billonarios que no albergan interés alguno por el bien común, o por la verdad. Algunas de la soluciones, de hecho, son bastante obvias, pero nunca afloran en los medios o en el pensamiento popular. A Facebook, por ejemplo, no debería permitírsele poseer nuestra información. Ni a ellos ni a ningún otro. Las redes sociales deberían funcionar como redes federadas, como GNU Social. Eso quiere decir que cada uno controla su propia información de manera directa, básicamente del mismo modo en que opera el correo electrónico. Así, Gmail es un proveedor de correo electrónico, y ciertamente puede abusar de la información que se le proporciona y lo hará, pero si no me gusta puedo dejar Gmail y seguir escribiendo a gente que todavía usa Gmail. Esto es así porque el email es un estándar que cualquiera puede utilizar. Facebook y Twitter no funcionan de esta manera, por lo que poseen un completo control sobre nuestros datos, y no podemos renunciar verdaderamente a ellas si queremos preservar el acceso a la red. Como para la mayor parte de las cosas en mi vida, soy bastante extremista, y pienso que esto no debería permitirse en absoluto. De hecho, es probable que las patentes de software no sean ni siquiera legítimas, pero, de nuevo, esto no se discute nunca porque perjudicaría el negocio (pese a que beneficiaría enormemente a la humanidad en general, claro).

Seguramente hayas visto un vídeo reciente en el que la IA compone una intervención institucional de Barack Obama a partir de intervenciones previas existentes, dando como resultado un nuevo discurso totalmente ficticio. ¿Se han enfrentado los filósofos a problemas como la realidad mixta/virtual (avatares realistas que replican a personas reales, su potencial influencia en la política, etc)? ¿Crees que este nuevo entorno cristalizará en una nueva escuela de investigación filosófica? ¿O más bien regresaremos a los filósofos clásicos en busca de respuestas para los nuevos problemas?

Es muy difícil predecir el futuro de la filosofía. Pero me inclino a pensar que se tenderá a generar nuevos campos, más que a reexaminar los antiguos. Con suerte habrá mucha colaboración entre filósofos, investigadores de IA y neurocientíficos. Debe recordarse que tanto la neurociencia como la investigación en Inteligencia Artificial puede parecernos muy avanzada hoy en día, pero ambos campos están todavía en pañales, y se conoce muy poco de ellos. Según progrese la ciencia, los filósofos serán capaces de explorar nuevas cuestiones que a día de hoy quizá no nos parecen evidentes.

¿Qué piensas de las criptomonedas? ¿Cuántas has ganado gracias a Cómics Existenciales? (risas)

Las criptomonedas son una tontería.

Cuando empezaste, compartías los Cómics Existenciales en Reddit. ¿Qué importancia ha tenido para ti? ¿Es muy diferente a difundir tu trabajo en Facebook o en Twitter?

Reddit es una tontería aún mayor que las criptomonedas.

Desde que te uniste a Patreon, recibes alrededor de 1 500$ al mes por tu trabajo. ¿Ha tenido esto alguna influencia en el modo en que trabajas? ¿Sientes algún tipo de presión después de que la gente invierta tanto dinero en tu obra?

Dejo que los mecenas de 10 dólares elijan cada mes un filósofo que quieren que aparezca, pero no, nada de presión. La mayoría no parece preocuparse demasiado por las recompensas, la verdad, y más que nada parece que quieren apoyarme, lo que es genial.

Cómics Existenciales es, por decirlo así, un acercamiento pop a la filosofía. Las tiras humorísticas están llenas de referencias a series de televisión, grupos musicales, videojuegos… Es precisamente este no-elitismo una de las razones de su éxito. ¿Está la filosofía alejada de los los intereses de la gente de a pie? ¿Se interesa la filosofía por llegar a un público extenso, o su objetivo es más bien una pequeña minoría?

Una vez leí que la mayoría de gente que seguía xkcd no pillaba las bromas. Es un fenómeno bastante extraño, pero a la gente en realidad le gusta leer chistes que no entiende. Creo que la mayor parte de mis cómics seguirían siendo de algún modo graciosos sin conocer a los filósofos, pero hay muchos que los leen para obtener una muestra de ellos, no porque ya lo sepan todo y vayan a pillar todas las referencias. Los cómics, a este respecto, pueden ser grandes divulgadores. Un elevado número de personas no estarán jamás interesadas en leer un artículo sobre, digamos, los conflictos entre Averroes y Algacel, filósofos islámicos del siglo XII. Pero cientos de miles de personas estuvieron dispuestos a leer mi historieta de dos páginas al respecto. El público es mucho más receptivo a dar una oportunidad a los cómics, sin importar de qué traten. Y, por supuesto, si están interesados, tienen la opción de leer el escrito que adjunto en la parte inferior.

¿Cuál crees que es el filósofo más relevante en base a los problemas de hoy en día?

Karl Marx. El conflicto entre trabajadores y capital es más profundo que nunca, y la brecha de riqueza se hará mucho, mucho mayor en la era digital. Ahora es posible fundar empresas enormes basadas únicamente en la tecnología, que dispensan a billones de personas. Quién posee esta tecnología va a determinar profundamente qué camino vamos a recorrer. Puede estar en manos de los trabajadores que la han erigido, del pequeño número de personas que la financiaron, o del público general.

¿Te atrae más ser un comunicador, como aquellos a quienes mencionas en las explicaciones de tus tiras, o más bien un filósofo con su propio sistema filosófico?

Tengo un gran ego, por lo que preferiría por goleada ser un pez gordo de la filosofía, pero el tren para que eso pudiera ocurrir ya pasó hace mucho. Tendría que haber accedido a través del sistema universitario a un programa de élite PhD.

¿Algún filósofo al que odies de veras? Aparte de Ayn Rand, claro.

Nah, me gustan todos, en general. Supongo que soy bastante fácil de convencer, pero a menudo tiendo a creer que quien sea que haya leído el último posee la solución a un gran número de los problemas. No puedo decir que haya muchos libros de filosofía que haya leído y me hayan desagradado de verdad, pese a que pienso que el estilo de escritura de algunos es realmente malo, y más difícil de entender de lo necesario.

En tus cómics varios escritores disfrutan de un papel importante, especialmente aquéllos que más han influenciado a los filósofos, como Shakespeare y Dostoievski. ¿Te interesa más transmitir ideas mediante personajes e historias de ficción, o prefieres el enfoque racional de ensayos y estudios?

Pienso que una mezcla de ambos. La herramienta más potente de la literatura es su capacidad de abrirte la mente a la experiencia de ser otra persona, y ver el mundo de su misma manera. Los argumentos filosóficos, cosa rara, a menudo no logran convencernos tanto como el relato de alguien que sostiene tales puntos de vista filosóficos. Dostoievski, en particular, era muy habilidoso al escribir ideas tan potentes que te descubres simpatizando con acciones bastante extremistas. En El idiota, por ejemplo, hay una escena relevante en la que Nastasia, por capricho, arroja una enorme cantidad de dinero a la hoguera. La primera vez que lo lees no parece nada más que una locura, y no puedes entender lo que está haciendo. Hacia el final de la novela, en cambio, cuando su psique queda al descubierto, puedes percibir con claridad hasta qué punto no tenía más opción que arrojar el dinero a la hoguera. La habilidad de comprender por completo a otra persona, otra perspectiva, es muy complicada de alcanzar al margen de la literatura, y esta habilidad, en mi opinión, es una parte muy importante a la hora de intentar entender a la humanidad.

Francia, y París en particular, ha sido la capital del mundo durante varios siglos, pero más allá de eso parece existir una inclinación especial de los franceses por la filosofía, ¿crees que existe algún motivo en particular? Estoy pensando en concreto en el existencialismo.

Bueno, estoy seguro de que la respuesta correcta es muy compleja. Una de las cosas que se pueden afirmar sobre Francia es que parecen tener una cultura de respetar a los intelectuales, e incluso tratarlos como celebridades, lo que en EE. UU. no sucede. Gente como Derrida, Foucault o Sartre fueron muy ilustres, mientras que en EE. UU. la mayoría no es capaz de ni siquiera nombrar a un solo filósofo norteamericano. Su cultura es más propensa a la aparición de nuevas ideas en filosofía, porque la gente la respeta más, y más gente está interesada como resultado.

Encontramos que muchos de los grandes escritores estaban en conexión o seguían a figuras importantes de la economía política de la época, y viceversa. Por ejemplo, Benjamin R. Tucker, discípulo americano de Proudhon, mantuvo correspondencia con Oscar Wilde y Walt Whitman. Más tarde, Henry Miller leyó y citó a Tucker, y los beats parecían compartir las mismas influencias. ¿Qué relación crees que hay entre política y literatura?

Bueno, creo que la gran literatura trata de responder cuestiones filosóficas como «¿Qué es el ser humano?». O quizá, si suena mejor, «¿Cómo deberíamos vivir?». Así que, en ese sentido, la literatura está muy ligada a cierta parte de la filosofía que, desde los griegos, con frecuencia pasa inadvertida para la filosofía misma. Esas preguntas son en realidad las preguntas más importantes que podemos preguntarnos, de modo que acercarse a la literatura y tomar perspectivas diferentes es muy importante.

En España Gustavo Bueno, fundador del «materialismo filosófico», es una de las figuras más destacadas de la filosofía en los últimos treinta años. Su libro El mito de la cultura ha sido traducido a diversos idiomas, y ha aparecido con frecuencia en programas de televisión para discutir sobre superstición o poder con estrellas del pop, tarotistas y atletas. Especialmente memorable fue su debate contra Santiago Carrillo, histórico dirigente del Partido Comunista. ¿Crees que el filósofo debe necesariamente bajar al fango a explicar sus teorías?

Absolutamente sí, pienso que los filósofos, como grupo, deberían hacer llegar su mensaje al público, pero, ciertamente, cada filósofo de manera individual no está obligado a ello. La filosofía es un campo técnico, y no hay nada malo en que se trabaje en solucionar problemas y publicar luego para otros filósofos. Así es como el campo progresa, del mismo modo que sucede en el resto de áreas. La mayor parte de la ciencia permanece inaccesible o ininteligible para el público, y no pasa nada. La gente debe ocuparse de esos problemas. Pero, por supuesto, uno también quiere que el público entienda un poco de ciencia, por lo que los divulgadores y profesores de ciencia son importantes. Ocurre lo mismo con la filosofía. Es importante que se popularice, pero no que todo filósofo sea también un divulgador.

Hablemos del proceso de creación… ¿escritura automática, lo compulsivo de Balzac, la meticulosidad al ordenar tramas de Chandler? Akira Kurosawa habla de la paciencia como principal requisito a la hora de escribir. ¿Cómo te enfrentas tú a la hoja en blanco?

Yo prefiero a Frank Herbert, que dijo lo siguiente sobre el bloqueo del escritor:

Un hombre sería estúpido de no poner todo lo que tiene, en cualquier momento dato, en lo que está creando. Estás ahí ahora, frente al papel. No estás matando a la gallina, sólo produciendo un huevo. Así que no te preocupes por la inspiración ni por nada parecido a eso. Es sólo cuestión de sentarte y trabajar. Nunca he tenido el problema de bloquearme. Lo he escuchado por ahí. Algunos días me he sentido reacio a escribir, incluso semanas enteras, y a veces más. Hubiera preferido de largo irme de pesca, o a sacar punta a lápices, o a nadar, o a lo que sea. Pero, después, cuando regreso y leo lo que he producido, soy incapaz de detectar la diferencia entre lo que vino con facilidad y cuando tuve que sentarme y decir, «Bien, es hora de escribir y escribiré». Sobre el papel no se refleja la diferencia entre ambas.

Es un trabajo, tienes que hacerlo. Para mí, la clave es también pensar en ello durante todo el día. Recuerdo a Seinfeld haber dicho que el trabajo del humorista nunca para, porque analiza cada situación en plan «¿Es esto gracioso? ¿Podría usarlo?». Yo hago lo mismo, pero en lugar de estar en la farmacia intentando labrarme los chistes, escucho charlas de filosofía para el mismo propósito. Si haces esto a lo largo de la semana, cuando llega el momento de escribir un cómic, al final de la semana, dispondrás de material. Si no tienes material, simplemente pones tu mente a trabajar.

¿Cómo te documentas antes de escribir una tira? ¿Vas siempre a la obra original?

Me gustaría, pero rara vez encuentro tiempo para eso. A lo que más recurro es a la Stanford Encyclopedia of Philosophy, de la que obtengo una panorámica contrastada, así como una interpretación estandarizada del texto.

Alguna vez has admitido que tus tiras favoritas son las existenciales propiamente dichas, historias en las que te vales de personajes ficcionales, creados por ti, como Sanus y Amencia, para transmitir un mensaje filosófico. En esas historias aparcas un poco tu faceta humorística en pos del mensaje. ¿Por qué elegiste el formato cómic para contar historias en lugar de, por ejemplo, la novela? Algunas historias son tan frescas y originales que podrían haber dado pábulo a una novela o un ensayo.

La respuesta es bastante simple. La gente leerá los cómics. Siempre quise escribir, pero si subes un relato corto a internet nadie se va a poner a leerlo. Por la razón que sea, la gente concede la oportunidad a los cómics. El primero que hice (La máquina) consiguió unas diez mil visitas al correrse la voz por la red, y por aquel entonces yo era completamente desconocido. Si hubiese escrito lo mismo en formato de relato corto, habría tenido suerte de alcanzar la centena.

¿Ves esas tiras de corte existencial más fáciles de escribir?

Las tiras serias son las que me gusta de verdad escribir, pero es difícil sacar el tiempo y la energía. Las ideas no se me aparecen en un destello de lucidez, sino que son la culminación de largas horas pensando sobre problemática de la vida, e imaginando otras maneras de vivir. Mis ideas habitualmente están inspiradas de forma bastante consciente por otras obras, y en las consecuencias que tales obras tendrían en escenarios diferentes. The Machine, por ejemplo, es lo que sucedería si alguien tomara absolutamente en serio la idea de que la muerte tiene lugar cada día. Esa persona que lo toma en serio, sin embargo, es básicamente Herman Hesse. La historia es similar a muchas de sus novelas donde el protagonista debe atravesar diferentes etapas de la vida antes de llegar a una suerte de revelación.

El tirador de élite, en el que creo que no llegué a expresar bien la idea del todo, se basa casi al cien por cien en un solo momento de El señor de los anillos, cuando Sam se inclina sobre Frodo creyendo que Ella la Araña lo había matado. Era el momento más oscuro y poderoso en toda la vida de Sam. Todo su ser se estremeció de pena, y en ese momento de dolor advirtió que la espada de Frodo, Sting, resplandecía. Esto significaba, claro, que los orcos andaban cerca. Ese momento me obsesionó durante largo tiempo, y estoy seguro de que Tolkien ni siquiera lo meditó demasiado, pero la manera en que se relaciona con el existencialismo francés es bastante interesante (aunque sabemos que Tolkien leyó a Simone de Beauvoir).

En los Cómics Existenciales vemos una gran evolución entre los primeros dibujos y los que vinieron a continuación. ¿Cómo te lo planteas a la hora de dibujar? ¿Hay un proceso meditado detrás de tu estilo? ¿Alguna consideración previa?

No me considero realmente un artista visual, por lo que me he centrado en cómo conseguir que lo que he ido haciendo pareciese medio decente. Por otro lado, desde el punto de vista de la comedia, tienes que pensar en cómo se compenetra el chiste con la imagen, lo que no siempre es fácil. Las aventuras del Hombre Falacia, por ejemplo, las dibujé mal a propósito, porque pensaba que así serían más graciosas (aunque los dibujos ya eran bastante malos por aquel entonces, incluso cuando hacía lo posible para que fuesen buenos). Como la mayoría de cosas, vas aprendiendo con la experiencia, según desarrollas una habilidad técnica.

Desde el año pasado delegas el apartado gráfico en Noah Latz. ¿Qué influencia ha tenido esto sobre tu obra?

Cambia por completo el componente visual, desde luego, pero los guiones siguen siendo los mismos. Se ha abierto también la posibilidad de que las tiras serias cuenten con un arte verdaderamente bueno. Algunas de mis tiras serias anteriores contaban con guiones muy buenos, en mi opinión, pero el dibujo no estaba a la altura. Con Noah al frente de historias como Mad Marx te vas dando cuenta de cuánto margen de mejora había, porque yo la verdad es que no podría haber hecho algo así. Estoy trabajando en algunas historias serias que van a quedar mucho mejor dibujadas por él.

Por curiosidad, ¿cómo os conocisteis?

Su hermano es compañero de trabajo, y quería a alguien que conociera de por aquí y con quien pudiera quedar, antes que alguien de internet.

¿Los lectores se tomaron bien el cambio?

Sí, la mayoría con los que he hablado no creen que haya cambiado nada, lo cual es bueno. Así que el arte luce mejor, pero se alinea a la perfección con el estilo del cómic. Eso garantiza una continuidad.

Sin jefe ni editor, y teniendo en cuenta que no se trata de tu trabajo principal, ¿cómo te las apañas para publicar una tira por semana? Takeshi Obata, dibujante del tándem con el guionista Tsugumi Ohba en Death Note y Bakuman, dijo que se había llegado a pasar cuatro días sin comer ni dormir para cumplir con la entrega semanal.

Por suerte un cómic no supone ni de lejos el trabajo que una pieza novelada, por lo que no he venido teniendo dificultades, y menos ahora que cuento con la ayuda de un dibujante.

Y para terminar, un cuestionario barato: menciona 5 novelas, 5 ensayos, 5 películas, 5 videojuegos, 5 juegos de mesa, 5 canciones y una sola cita profunda.

Novelas:

1. Los hermanos Karamázov, de Fiódor Dostoievski (1880)

2. Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez (1967)

3. La invitada, de Simone de Beauvoir (1943)

4. El extranjero, de Albert Camus (1942)

5. El señor de los anillos, de J. R. R. Tolkien (1954) (este es mi auténtico número uno, me ha encantado por tantísimo tiempo).

Ensayos (Me limitaré a interpretar este apartado como libros de filosofía, ya que los que siguen son muy extensos para ser «ensayos». Los he elegido un poco al azar, es difícil quedarse con cinco):

1. Para una moral de la ambigüedad, de Simone de Beauvoir (1947)

2. La estructura de las revoluciones científicas, de Thomas Kuhn (1962)

3. Vigilar y castigar, de Michel Foucault (1975)

4. Investigaciones filosóficas, de Ludwig Wittgenstein (1953)

5. Investigación sobre el entendimiento humano, de David Hume (1748)

Cómics:

Francamente, apenas leo cómics. Puede sonar extraño, quizá, considerando que hago un webcómic. En cualquier caso, la obra de Alan Moore es increíble. En cuanto a webcómics, podría citar unos cuantos: Dead Philosophers in Heaven, SMBC Comics, Dinosaur Comics, Lunar Baboon, Nedroid Picture Diary, Hark! A Vagrant

Juegos de mesa:

Pese a que es un tema recurrente en Cómics Existenciales, el único juego de mesa que practico es el ajedrez. Eso sí, en el instituto me hinché a jugar a Dragones y mazmorras.

Videojuegos:

1. Baldur’s Gate II (Beamdog, 2013)

2. Final Fantasy VI (Square, 1994)

3. The Legend of Zelda: Breath of the Wild (Nintendo, 2017) (El único título que me encanta más allá de la nostalgia)

4. The Legend of Zelda: Link’s Awakening (Nintendo, 1993)

5. Final Fantasy Legends II (Square, 1990) (El de la Game Boy, probablemente el primer juego que me fascinó)

Películas:

1. La princesa prometida (Rob Reiner, 1987)

2. Taxi Driver (Martin Scorsese, 1976)

3. Star Wars (George Lucas, 1977-1983)

4. Mad Max: Furia en la carretera (George Miller, 2015)

5. El señor de los anillos (Peter Jackson, 2001-2003) (Redundando aquí, y de nuevo quizá sea éste mi verdadero #1)

Canciones:

1. White Squall, de Stan Rogers (1984)

2. Idiot, de Stan Rogers (1981)

3. Mary Ellen Carter, de Stan Rogers (1979)

4. Barrett’s Privateers, de Stan Rogers (1976)

5. Concerning Charlie Horse, de Great Big Sea (2005)

[1]

Notas al pie

[1] Corey olvidó o quiso olvidarse de lo de la cita profunda. (N. d. E.)

Traducción al castellano y composición formal en inglés revisados por Víctor Olcina y Janire Goikoetxea.
Disponible en versión original.

Traducción al castellano y composición formal en inglés revisados por Víctor Olcina y Janire Goikoetxea. Disponible en versión original.