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ARTÍCULO

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SEPTIEMBRE 2015

Noc†urnidad

Noc†urnidad

JOSÉ SANZ GALLEGO

Ilustración de Ana Fernández-Villaverde [†] · 2014

Desde hace un par de años, si se quiere saber cualquier novedad acerca de Salem, es lógico dudar en†re buscar en webs y publicaciones musicales o si hacerlo en las esquelas de algún periódico de Michigan. A lo elusivo del carác†er de sus componen†es fuera del ámbi†o de lo privado, en lo que son sus manifes†aciones como banda, hay que sumarle una querencia desmedida por cier†os produc†os químicos que hace que la duda an†es plan†eada †enga sen†ido. A Salem se les conoce una devoción irracional por las drogas es†imulan†es, si bien se da la ironía de que en sus comparecencias en vivo más bien parecen adic†os a derivados de los opiáceos. †res personas hierá†icas cual s†op de †ráfico y con la es†ampa del primer arque†ipo de yonqui que se os venga a la cabeza sobre las que recae la paradoja de que, pese a ese inmovilismo y dejadez ex†remas a varios niveles, en realidad conforman la banda que mejor se ha movido en lo que llevamos de siglo XXI, conjugando un sabio uso de los legados que el presen†e musical va dejando conforme †orna en pasado con algunas innovaciones de esas que convier†en a un grupo igual no en popular pero sí con un cul†o alrededor cuya fe es inquebran†able en†re quienes son fieles de y a la banda. En línea con el género que levan†aron y popularizaron y del que son máximos exponen†es —sin considerarse ellos †al cosa en realidad—, el wi†ch house. Y Salem †ienen más razón que sus fans y que cualquier sordocojo que escriba sobre música, por lo que si algo se pre†ende con es†o es, uno, abundar en unos méri†os que se les vienen negando desde la pura ignorancia, y dos, despegarles la e†ique†a de wi†ch house para pegársela mejor a Simon Reynolds en sus pu†as gafas, que vaya †ela. Conforme se hable de ellos sin recurrir a los aspec†os ocul†is†as se obra lo segundo.

Desde hace un par de años, si se quiere saber cualquier novedad acerca de Salem, es lógico dudar en†re buscar en webs y publicaciones musicales o si hacerlo en las esquelas de algún periódico de Michigan. A lo elusivo del carác†er de sus componen†es fuera del ámbi†o de lo privado, en lo que son sus manifes†aciones como banda, hay que sumarle una querencia desmedida por cier†os produc†os químicos que hace que la duda an†es plan†eada †enga sen†ido. A Salem se les conoce una devoción irracional por las drogas es†imulan†es, si bien se da la ironía de que en sus comparecencias en vivo más bien parecen adic†os a derivados de los opiáceos. †res personas hierá†icas cual s†op de †ráfico y con la es†ampa del primer arque†ipo de yonqui que se os venga a la cabeza sobre las que recae la paradoja de que, pese a ese inmovilismo y dejadez ex†remas a varios niveles, en realidad conforman la banda que mejor se ha movido en lo que llevamos de siglo XXI, conjugando un sabio uso de los legados que el presen†e musical va dejando conforme †orna en pasado con algunas innovaciones de esas que convier†en a un grupo igual no en popular pero sí con un cul†o alrededor cuya fe es inquebran†able en†re quienes son fieles de y a la banda. En línea con el género que levan†aron y popularizaron y del que son máximos exponen†es —sin considerarse ellos †al cosa en realidad—, el wi†ch house. Y Salem †ienen más razón que sus fans y que cualquier sordocojo que escriba sobre música, por lo que si algo se pre†ende con es†o es, uno, abundar en unos méri†os que se les vienen negando desde la pura ignorancia, y dos, despegarles la e†ique†a de wi†ch house para pegársela mejor a Simon Reynolds en sus pu†as gafas, que vaya †ela. Conforme se hable de ellos sin recurrir a los aspec†os ocul†is†as se obra lo segundo.

Vein†icinco años an†es de que Salem decidieran ser †al —y en una cos†a Oes†e opues†a en lo geográfico al ámbi†o operacional de Jack, John y Heather— o†ro †río iniciaba una andadura †o†almen†e diferen†e en lo que compe†e al sonido pero con marcados paralelismos con Salem no igualados por ninguna o†ra banda es†adounidense. Eran Beat Happening. Calvin, Heather y Bret. Una formación que decons†ruyó el pop a base de simplificarlo (herencia de Young Marble Giants, que nunca es†á de más a†ribuir ese méri†o a los Moxham y la diosa Alisson Statton) y romper con no pocos de sus cánones —acabar con esa inmovilidad imperan†e de cada miembro siempre al uso de un mismo ins†rumen†o, la renuncia a †odo vir†uosismo cuando no direc†amen†e la negación del ensayo o cualquier mínima noción sobre el manejo de los ins†rumen†os— el libro de es†ilo que configuraba a cada banda un poco a la manera de cier†o pa†rón defaul† herencia del punk, pese al aparen†e cambio de paradigma que supuso el gran negocio de Malcolm McLaren, en realidad nada relevan†e en lo musical: excepciones haberlas hoygan haylas, por supues†o, pero salvo †res cosas con†adas el punk dio lugar a una música cada vez más homogénea. En es†ruc†uras, en †emá†icas líricas, en ausencia de higiene y en †odo. Y desde luego †ampoco supuso esa democra†ización y mejora en la accesibilidad a los ins†rumen†os que †an†o se preconiza, pues por fulera que fuere cualquiera de sus bandas par†ícipes de gui†arra, bajo, ba†ería y local de ensayo —como elemen†os mínimos para su sos†enibilidad en lo ama†eur de cara a un pelo†azo que inaugurase la secuencia de asimilación por par†e del mains†ream— no bajaban, y eso hay que pagarlo. Ello, la democra†ización real, llegaría ya mucho después, con las nuevas †ecnologías y el poder hacer cualquiera música en su habi†ación con †an solo un ordenador y un programa de licencia freeware. Pero en la línea que queda a†rapada en†re el punk vendiendo a fu†uros sus men†iras para que sigan sin cues†ionarse y la ac†ual de chavales con ca†orce años haciendo una música con sus móviles que en realidad es bas†an†e más punk, queda la †rayec†oria de Beat Happening cambiando no pocas reglas del juego con sus canciones, o†ras muchas con la forma de ges†ionar †odo aquello que †uvo Calvin Johnson y, muy especialmen†e, la influencia que †uvo †odo lo an†erior en miles de personas. Ya fuera a la hora de formar sus propias bandas o de ges†ionar sus discográficas, †an†o da.

Al igual que sucediese con Calvin, Hea†her y Bre†, Jack, Hea†her y John se in†ercambian a las voces y a la composición. Pero mejor olvidarse ya de Beat Happening, cien†os de bandas han hecho †al cosa. La principal —y a la vez menos reconocida— cualidad de Salem es su capacidad para llevar el sampleado a o†ros niveles nunca an†es a†es†iguados. Por una par†e es†á esa capacidad de coger una canción de o†ros —por lo general bas†an†e popular y casi por norma proceden†e del eurodance y del †rance de en†re finales de los noven†a y principios de los dos miles, muy en la línea del sello sueco Sincerely Yours [††]— y subver†ir por comple†o el significado de la misma así como la impresión que despier†a en el oyen†e. De primeras es†o lo fueron puliendo en sus mix†apes con la sencilla y a la vez genial †écnica de reducir el †empo del †ema original a la †ercera par†e e incluso menos del normal. Una †écnica que puede ser considerada casi un sampleo más a lo bes†ia que el que aplicaban o†ros genios de la subversión con sus revisiones de ABBA, Elvis y el Doctor Who de Delia Derbyshire, The KLF. Una †écnica que abrió un abanico de posibilidades infini†o —†oda vez que más económico imposible para †odo aquel que quisiese crear música disponiendo sólo de la música de o†ros— y cuyos resul†ados, de base ya espec†aculares (bas†e sólo oír en qué convier†en el L’Amour Toujours de Gigi D’Agostino o el Till The World Ends de Britney Spears, que pasan de eufóricos a angus†iosos con sólo aplicar ese †ruco), fueron puliendo acompañando la mera reducción de velocidad de cier†os elemen†os de composición propia has†a llegar a su revisión del Better Off Alone de Alice Deejay, descar†e de su único lp has†a la fecha que figurase en I’m Still In The Night, su úl†imo ep. Si la canción original, de sobras conocida por †odos —parecen disfru†ar apor†ando el prisma oscuro que reside en la música popular más ex†endida, si no de qué esa obsesión por recurrir siempre a canciones archiconocidas—, era bas†an†e feliz por per†enecer a un género que no suele conceder el más mínimo lugar a cualquier †ono puchi, Salem se las arreglaban para indagar en lo †urbio que había —que lo hay— †ras esa i†eración obsesiva de la frase «do you think you ́re better off alone». Y además de lograrlo y conseguir que jamás se pueda oír la original sin reparar en que esconde algo muy jodido †ras escuchar su perversión, los hijos de pu†a lo hacían con un vídeo donde con sólo conver†ir en bucle flasheado el acoso de los fo†ógrafos a la modelo Gisele Bundchen lograban una pesadilla que ni Antonioni hoy día. Porque ésa es o†ra cosa que nunca se dice de Salem, lo bien que hacen sus propios vídeos, lo de maravilla que casan con sus canciones y lo mucho que se duda en ocasiones si con ellos an†es va la imagen o el audio, qué se encargan de planificar an†es y qué dejan suje†o a ello después. Se les admi†e el inmenso componen†e visual que rige su música, sí, pero nadie se pone a alabar esa pieza hecha ex profeso para el drone Sunrise —calma en grado sumo has†a que †orna en mal viaje gracias a un alarido que in†roducen a †raición, de la quie†ud Brian Eno pasan a ser émulos de Merzbow—, la inquie†ud que ob†ienen a base de filmar desenfocadas pu†as y rednecks en Asia —casi un miedo próximo a lo irracional, rollo la escena de la cabeza globo de Inland Empire— o cuando se sien†an a edi†ar ma†erial †urbio de in†erne† para mezclarlo con grabaciones de aviones para varias o†ras piezas. De hecho hace un año dos de ellos sacaron un libro de fo†ografías y es †odo un espec†áculo, de llorar de envidia el Harmony Korine noven†as si lo viese.

O†ra †écnica que aplican Salem a la hora de samplear †iene que ver más con los Disco Inferno de Ian Crause, si bien nada en su música permi†e incluir a la esencial banda en†re el abanico de influencias de los de Michigan. Es algo que †iene más que ver con la in†uición, si bien es innegable que en ocasiones ob†ienen unos efec†os que les acercan a esos Boards Of Canada que disfru†an al†erando los recuerdos de sus oyen†es. Una in†uición que les lleva a obrar maravillas †ales que cons†ruir WEpten †orno a un sampleado del Hurdy Gurdy Man de Donovan y o†ro de los lloros de una yonqui de crack lesbiana que andaba lamen†ándose por haber sido rechazada por su pareja en una habi†ación colindan†e a donde ellos grabaron la pieza, †erminando por hacer que se repare exclusivamen†e en el sollozo de la mujer despechada en vez de en la e†érea voz de Heather o en la inquie†an†e parafernalia vocal de Donovan. In†uición que †ambién les llevó a configurar King Night en †orno a sampleos vocales ralen†izados de coros de góspel in†erpre†ando un conocido villancico para apun†alar una pieza que es solemne y apocalíp†ica a par†es iguales. Y de ahí, de esa ap†i†ud para casar cosas enfren†adas desde su origen (consiguiendo en vez de aberraciones algo nuevo y †o†almen†e sa†isfac†orio), se pasa al milagro de cuando Salem consiguen fundir el shoegaze en su face†a más ingrávida y volá†il con el hip hop más zafio y procaz, a cuando Salem cogen a los Cocteau Twins y a Bilinda Butcher y les encierran en una sala a que se apareen con Gucci Mane y DJ Screw. Y de dicha sala no sale el mismo bicho que Bart dejaba a Lisa cuando cruzaba a Botones de Santa Claus con Bola de Nieve, sino au†én†icas joyazas del †amaño de Redlights o Skullcrush. Si Salem han conseguido ser el pun†o de cohesión en†re gó†icos y raperos igual sólo ellos serían capaces de lograr el en†endimien†o en†re israelíes y pales†inos o Nacho Polo y Víctor Sandoval, ojo a eso.

De o†ro lado el †río †ambién es capaz de descolgarse con composiciones propias de las que es difícil explicarse qué me†odología hay de†rás; Ésa es gran par†e de la a†racción que despier†an Salem. Piggyhog y un gran número de las piezas previas a sus eps, aquellas maque†as recogidas en las recopilaciones pira†a FuCKt y Owleyes, sin dejar de ser esbozos de algunas fu†uras canciones e igual †an sólo el †es†imonio de una banda experimen†ando sus posibilidades, resul†an fascinan†es en grado sumo †oda vez que desconcer†an†es de lo diferen†e que es el sonido de una pieza a o†ra. En esas maque†as es†á Oftentimes, canción que qui†a la razón a †odos aquellos fans de la banda que son de la opinión de que sin Heather Salem serían aún mejores, en†re ellos los Epilepyics, quizá sus mejo- res y más dignos émulos. Se equivocan. Sin ella, además de no exis†ir dicha enormidad —y por ende el Dean And Me y muchas más canciones de los suecos JJ—, Frost, Whenusleep y muchas o†ras piezas de la banda no exis†irían, y se cuelan de calle en†re lo mejor que han sacado. Por la e†érea voz de Heather y por lo que se presupone son unos †ex†os suyos, †ex†os que llevan el roman†icismo a un pun†o †angencial a lo depravado que quizá sólo se haya †an†eado an†es en le†ras †ipo el Your Father de The Radio Dept: canciones donde conviven la a†racción desmedida por una persona y el comer †echo pensando en ella —e incluso †eniéndola dormida de espaldas— mien†ras uno o una se mas†urba. Porque Salem son Ginsberg afiliándose al NAMBLA, son ese poe†a capaz de †ra†ar aspec†os †abú en la sociedad aún hoy día: son Allen dando un discurso pro normalización del amor en†re un menor y un adul†o siempre y cuando exis†a consen†imien†o. Una banda cuya máxima popularidad viene de cuando uno de ellos †uvo un idilio con Courtney Love —esa zahorí digi†al de aviones que se caen en medio del océano— o de cuando coprodujeron el Black Skinhead de Kanye West, siendo que en realidad Gaspar Noé ha incluido King Night de forma no baladí en su recien†e Love. No, qué coño: siendo que en realidad son la banda más impor†an†e del siglo XXI, en algún fu†uro se apreciarán †odos sus hallazgos en conjun†o y los méri†os inheren†es a cada una de sus canciones, así ya en individual. Y nada de wi†ch house, que salvo la cruz —no inver†ida— que preside su único lp, ni †ienen un imaginario especialmen†e gó†ico ni in†enciones †ocan†es al ocul†ismo ni a lo sec†áreo. Simplemen†e una in†uición y sensibilidades dis†in†as a †odos los demás grupos. La sensibilidad de un pedófilo.

Notas al pie

— Se alude en la portada del artículo a la segunda parte del tríptico elemental del amor de La Bien Querida, por ser de lejos el disco que mejor ha sabido mimetizarse con las grabaciones de Salem. A los textos de Ana, que traducidos al inglés y convenientemente editados podrían pasar por originales del trío, nunca hay que dejar de alabar lo que consiguió David Rodríguez a la hora de arreglar la música y pulirla. Tanto es así que si se pone la tipografía que Salem usan en sus portadas sobre la de La Bien Querida parece más un disco de los primeros que de la segunda. 

†† — Salem incluso publicaron un single digital en Sincerely Yours, concretamente un remix para Gucci Mane. Además de ser aquello un hermanamiento explícito en toda regla, una especie de reconocimiento mutuo de los unos para con los otros, Team Rockit (en nómina para el sello de Eric Berglund) fundamentan casi todo su trabajo en las enseñanzas nunca impartidas por los de Traverse City. 

Este artículo se publicó en el Nº 2 de la revista STIRNER, Dingledodies, en septiembre de 2015.

Este artículo se publicó en el Nº 2 de la revista STIRNER, Dingledodies, en septiembre de 2015.